Prohíben los cruceros grandes en Venecia

Luego de que la UNESCO advirtiera a gobierno de Italia la inminente incorporación de Venecia a su lista de Patrimonio Mundial en Peligro, el país europeo anunció la prohibición de los cruceros grandes en el centro histórico de la ciudad; un anuncio formulado en el pasado pero incumplido en varias ocasiones.

Esta vez, sin embargo, la prohibición parece ser en serio y ya cuenta con fecha de aplicación: el 1º de agosto. Según informaron medios europeos, la decisión, se dio tras una reunión de emergencia del gabinete italiano, días antes de que el organismo de cultura de las Naciones Unidas se reúna en Beijín y tome una decisión que pueda poner en riesgo la reputación cultural de Venecia.

Advertido ya por la UNESCO del “daño causado por un flujo constante de cruceros” y emplazado por los ambientalistas a cumplir la prohibición anunciada en el pasado, el gobierno de Italia encabezado por el primer ministro italiano, Mario Draghi, anunció que la medida se aplicará tanto a la cuenca de la laguna, cercana a la Plaza de San Marcos, como al canal Giudecca, todo en el marco de la declaración de las vías fluviales venecianas como monumento nacional.

“La intervención ya no podía retrasarse”, dijo el ministro de Cultura de Italia, Dario Franceschini, en un comunicado. En concreto, la medida prohíbe la navegación de barcos de más de 25.000 toneladas brutas, que cuenten con dimensiones superiores a los 180 metros de eslora, 35 metros de altura y que produzcan más de 0,1% de azufre en sus emisiones.

De esta manera, a partir del próximo mes los grandes cruceros mediterráneos se desviarán de la laguna de Venecia y atracarán en tierra firme, en el puerto industrial de Marghera, en donde se crearán cinco atracaderos con una inversión de 185 millones de dólares, anunció el gobierno italiano.

Por supuesto, toda medida genera consecuencias colaterales, y en este caso tiene que ver con afectación económica que puedan sufrir 4.200 trabajadores venecianos empleados por la industria de cruceros. Aunque el gobierno italiano prometió una compensación para aquellos que salen perdiendo económicamente con la decisión, no especificó si este número de personas está incluido.

Finalmente, se aclaró que barcos turísticos más pequeños de alrededor de 200 pasajeros que suelen surcar las vías fluviales del destino “se consideran sostenibles” para el entorno veneciano y pueden seguir atracando en la ciudad.

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