La IA permite multiplicar los hallazgos en las líneas de Nazca en Perú

El investigador japonés Masato Sakai lidera hallazgos que duplican el número de figuras conocidas y revelan nuevas dimensiones del simbolismo ancestral.

En un avance sin precedentes para la arqueología nacional, más de 500 nuevos geoglifos han sido descubiertos en la pampa de Nazca durante los últimos tres años, con el uso de inteligencia artificial y tecnologías de procesamiento de imágenes aéreas de alta resolución. Así lo afirmó el investigador japonés Masato Sakai, de la Universidad de Yamagata, quien lidera el equipo que desde 2022 ha revolucionado la manera en que se estudian las célebres Líneas de Nazca, ubicadas en la región Ica.

El especialista detalló a la prensa local que, mediante el análisis automatizado de miles de fotografías aéreas con una resolución de hasta 10 centímetros, se ha logrado detectar figuras que hasta hace poco permanecían ocultas en el extenso desierto. Esta nueva fase tecnológica, que sucede a los trabajos iniciados por María Reiche en el siglo pasado, marca una tercera etapa en la historia del estudio de los geoglifos.

“El uso de inteligencia artificial nos ha permitido encontrar más de 500 figuras nuevas. Aún tenemos más de 600 posibles ubicaciones por verificar. Es posible que el número total de geoglifos conocidos supere los mil en los próximos años”, indicó Sakai.

El hallazgo incluye no solo las icónicas figuras de grandes dimensiones que han fascinado al mundo —como el colibrí, el mono o el astronauta—, sino también nuevas representaciones de menor tamaño, de entre 8 y 10 metros, ubicadas junto a antiguos senderos. A diferencia de los trazos lineales clásicos, estas figuras han sido elaboradas en relieve, aprovechando contrastes entre zonas claras y oscuras del terreno. Representan formas humanas, llamas y otros animales vinculados a la vida cotidiana de las comunidades prehispánicas.

Según explicó Sakai, estas figuras pequeñas habrían sido elaboradas por grupos familiares y colocadas estratégicamente a lo largo de los caminos, cumpliendo una función simbólica vinculada a la movilidad y a los rituales locales. “Al caminar por esos senderos, se observa una secuencia de imágenes. Creemos que cada ruta tenía su propio significado espiritual”, señaló.

El contraste con las figuras de más de 100 metros de longitud, asociadas a ceremonias colectivas vinculadas a Cahuachi, el gran centro ceremonial de la cultura Nazca, ofrece una nueva perspectiva sobre la complejidad social y simbólica de esta civilización. Las figuras más pequeñas, en cambio, revelan un uso cotidiano y personal del espacio ritual.

Sakai también destacó la evolución tecnológica en el estudio de las líneas: desde las observaciones directas de campo realizadas por Reiche —con unas 30 figuras identificadas—, pasando por el uso de imágenes satelitales y drones que permitieron ampliar el registro a más de 400, hasta los recientes avances con IA que ya suman más de 500 figuras adicionales.

Actualmente, el equipo del Instituto Nazca de la Universidad de Yamagata continúa las labores de verificación en campo, y desarrolla una nueva aplicación de inteligencia artificial que, además de detectar geoglifos, será capaz de interpretar sus posibles funciones simbólicas. El objetivo a largo plazo es comprender cómo estos diseños se insertaban en la cosmovisión, la organización territorial y las prácticas rituales de los antiguos nazcas.

“La inteligencia artificial no solo acelera el hallazgo de figuras, también puede ayudarnos a entender los mensajes que se querían transmitir. Queremos que esta herramienta nos permita interpretar el pasado desde una nueva dimensión”, agregó el investigador, quien también participó recientemente en el Ciclo de Conferencias Magistrales de Arqueología y Antropología de la Universidad Nacional Mayor de San Marcos.

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