Cambios en la limpieza diaria de las habitaciones

Todos los análisis de la industria hotelera coinciden en el ahorro que significa la reducción del servicio cotidiano de limpieza. También es cierto que la escasez de mano de obra y la capacitación adicional que necesitan las amas de llaves después de la inactividad vivida, impiden retomar el histórico hábito.

Muchos hoteles se vieron obligados a recortar servicios y gastos durante la pandemia y la suspensión de la limpieza diaria –entre otros costos- fue una de las opciones para muchos. Los hoteles lucharon y luchan por mantenerse en pie y solo lograr el punto de equilibrio ya se considera una hazaña.

Uno de los más notorios fue y sigue siendo la suspensión de la limpieza diaria de las habitaciones. El cambio, una vez informado a los pasajeros, se convirtió en un servicio a pedido y, por lo general, no se ofrece hasta 2 o 3 días después del check-in.

Hilton fue una de las primeras en adoptar una postura formal sobre la limpieza, pero la mayoría de las cadenas la siguieron, ya sea publicitándolo o informando a los clientes en el check-in.

La medida se presentó como una forma de preservar a huéspedes y personal a la exposición a COVID-19, pero sin duda significo un importante ahorro en el servicio de housekeeping.

Algunos dicen que el cambio a un servicio de limpieza a pedido es una exploración de lo que sería convertir ciertos servicios y comodidades en «opcionales”, o sea cobrándolos, similar a la forma en que operan las aerolíneas, donde hoy se cobran varias cosas que solían ser gratis, como una valija de equipaje o una comida.

La experiencia dirá si el cambio tiene impacto en las ganancias, porque a diferencia del transporte aéreo, la diversidad y cantidad de alojamientos disponibles supera ampliamente la oferta de vuelo.

Habrá que ver que opinan los clientes, porque como la mayoría de los aspectos de la industria hotelera, el problema es más complejo de lo que parece.

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