Empire State Building: cinematográfico, melódico y sostenible

Por más de nueve décadas, el rascacielos de 102 pisos ha sido mucho más que una obra maestra del Art Déco o una hazaña arquitectónica que desafía las alturas.

Empire State Building, ante todo es un ícono cultural y emocional: una luz que ha inspirado a músicos, cineastas y celebridades, y que continúa cautivando a millones de visitantes de todo el mundo.

No ha sido fortuito que los viajeros de Tripadvisor la han elegido la atracción número uno en Estados Unidos durante dos años consecutivos y la 3ª a nivel mundial en 2025.

Estrella cinematográfica

El Empire State Building no solo domina el horizonte neoyorquino, sino también la memoria colectiva del cine. Desde su debut monumental en King Kong (1933), donde el gigantesco gorila escaló su fachada en una de las escenas más célebres de la historia del séptimo arte, el edificio ha protagonizado innumerables historias de amor, comedia y aventura.

Años después, su silueta volvió a emocionar a los espectadores en Sleepless in Seattle (Sin dormir en Seattle, 1993), cuando Tom Hanks y Meg Ryan coronaron en su mirador una de las escenas románticas más icónicas de la década de los 90.

También fue el escenario donde Will Ferrell, en Elf (Duende, 2003), devolvió la inocencia navideña a una ciudad que parecía haberla olvidado. Cada película lo muestra distinto, pero siempre inconfundible: imponente, luminoso y profundamente humano.

Famoso entre los famosos

El edificio también ha sido anfitrión de figuras como Mariah Carey, Justin Bieber y Taylor Swift, quienes han encendido las luces de su torre como parte de ceremonias especiales que iluminan el cielo neoyorquino en honor a causas, festividades y momentos históricos.

Cada noche, sus luces cuentan una historia nueva: los tonos cambian para rendir homenaje a celebraciones, equipos deportivos, eventos humanitarios o estrenos cinematográficos. Además de embellecer la ciudad, conecta con la emoción de algo que está ocurriendo.

Una ícono renovado

Visitar hoy el Empire State Building es sumergirse en una experiencia sensorial que combina historia, arte y tecnología. Una renovación integral de 165 millones de dólares, finalizada en 2019, transformó completamente su Experiencia del Observatorio.

Desde la nueva entrada en la calle 34 hasta las exhibiciones inmersivas de nivel museístico en los pisos 2 y 80, todo está pensado para que los visitantes vivan la evolución del edificio: desde sus orígenes Art Déco hasta su papel actual como ícono global.

El Observatorio del piso 86, al aire libre, sigue siendo el lugar más fotografiado de Nueva York, pero el Observatorio del piso 102, completamente renovado, lleva la experiencia aún más alto. Sus ventanales de piso a techo ofrecen inspiradoras vistas de 360 grados.

Sabores de altura

Desde 2021, los visitantes pueden disfrutar del programa de gastronomía emergente, en colaboración con productores locales. Entre las delicias destacan la descomunal “galleta con su propio código postal” de My Cookie Dealer y la Hazy IPA “Vista desde lo alto del Empire State Building” elaborada por Five Boroughs Brewing Co.

Mes a mes, un nuevo proveedor se suma a la oferta culinaria, haciendo que cada visita sea una experiencia única. Brindar con una cerveza artesanal mientras el sol se esconde tras el río Hudson es, sin duda, una de las postales más memorables que ofrece la ciudad.

Apostando por el futuro

El Empire State Building es además un modelo de sostenibilidad urbana. Mediante su programa de modernización energética, ha reducido 40% su consumo de energía y en un 54% sus emisiones de carbono, con la meta de alcanzar la neutralidad total para 2030.

Alimentado íntegramente con electricidad eólica renovable, el edificio recibió el reconocimiento ENERGY STAR Partner of the Year en 2021. Por otra parte, los filtros MERV 13, la ionización bipolar activa y la ventilación mejorada garantizan un ambiente saludable y seguro, convirtiendo la experiencia en una mezcla que une historia, innovación y bienestar.

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