Transhumancia en la Patagonia

En regiones de Los Antiguos (Santa Cruz) y Andacollo (Neuquén), pastores y crianceros emprenden recorridos estacionales cada primavera y otoño entre la estepa y los valles andinos.
La transhumancia consiste en el traslado estacional de ganado —caprino, ovino y bovino— entre zonas bajas o invernales y zonas altas o veranadas, donde los animales acceden a pasturas más abundantes durante la temporada estival. Este sistema de pastoreo extensivo tiene raíces que se remontan a tiempos prehispánicos y fue fortalecido con la llegada de los primeros pobladores criollos y migrantes campesinos al sur argentino.
En la Patagonia, las familias que practican la transhumancia no solo mantienen esta economía productiva basada en la ganadería extensiva, sino que también transmiten valores y saberes que atraviesan generaciones, como el uso de caminos de arreo, la construcción de refugios, el manejo del agua y la lectura del clima.

Durante la primavera (octubre-noviembre) y el otoño (marzo-abril), es posible ver y seguir a las familias crianceras junto a sus animales, recorriendo a pie o a caballo largas distancias por rutas rurales, senderos de montaña y pasos tradicionales.
En Los Antiguos, al noroeste de Santa Cruz, los arreos conectan la meseta del Lago Buenos Aires hasta el Cañadón del Deseado. En Andacollo, en el norte neuquino, la transhumancia es una práctica extendida en toda la región de la Cordillera del Viento. Los puesteros guían sus manadas hacia áreas como Varvarco, Las Ovejas o Butalón Norte, recorriendo a caballo trayectos que pueden durar entre 5 y 10 días, dependiendo de la ruta y la cantidad de animales.
En Andacollo se realiza la Fiesta Nacional de la Transhumancia, en el mes de abril, al momento del retorno desde la veranada. Incluye desfiles de tropillas, ferias, música, charlas y actividades educativas. En Los Antiguos, es posible participar de jornadas de campo, caminatas interpretativas y recorridos que coinciden con las rutas de arreo y los puestos.